jueves, 12 de abril de 2012

Introducción


Los equinodermos (Echinodermata) son un filo de animales deuteróstomos, es decir, son aquellos en los cuales el ano se forma en la zona del blastoporo o cerca de él en el embrión en desarrollo y la boca se forma secundariamente en otro lugar. La palabra procede del griego echinos (espinas), y derma (piel) incluyen las estrellas pluma y los lirios de mar, las estrellas de mar, las estrellas frágiles, los erizos de mar y los dólares de arena  y los pepinos de mar. (Bartl, G. 2007).

La mayoría de los equinodermos adultos tienen simetría radial, pero con algunos indicios de bilateralidad. Sin embargo, las larvas presentan simetría bilateral. Durante el desarrollo, diferentes partes del cuerpo de la larva crecen a diferentes velocidades, preparando el camino para los cambios en la simetría del cuerpo (Bartl,G. 2007)

Los equinodermos son uno de los grupos con mayor relevancia ecológica en arrecifes rocosos o coralinos, tanto en aguas someras como en zonas abisales. Esto se debe a que son eslabones fundamentales de las redes tróficas al fungir como depredadores (tanto carnívoros como herbívoros), detritívoros y filtradores (Dinorah, M. 2008).


El tipo de alimentación de las especies influye en la estructura comunitaria de los arrecifes y en la composición de sus poblaciones. Se reconoce la importancia ecológica de los equinodermos como holoturias y ofiuros recicladores, quienes al alimentarse de sedimento transforman la materia orgánica y la hacen accesible a otros organismos; además, oxigenan el sedimento (Dinorah, M. 2008).

En particular, las estrellas de mar (asteroideos) son consideradas como depredadoras importantes en mares tropicales y subtropicales, pues suelen ser nocivas para muchas especies de moluscos y crustáceos de importancia comercial. Por otro lado, los erizos y galletas de mar (equinoideos) controlan la biomasa de algas con sus actividades herbívoras y producen bioerosion, ayudando al balance de 340 Aspectos bioecológicos carbonatos en zonas arrecifales. Sin embargo, la bioerosion puede tener efectos negativos en las comunidades arrecifales cuando las poblaciones de erizos crecen de forma acelerada (Dinorah, M. 2008).